Galvanizador en spray: ¡Conoce sus ventajas!

El acero galvanizado está presente en nuestro día a día, muchos tras los muros, en elementos de construcción o en tuberías. Pero también a la vista, en elementos que van desde mobiliario, hasta alambres, entre otros muchos. 

Cuando se busca proteger de la corrosión al hierro y al acero, lo ideal es galvanizarlo. Cuando este sufre pequeños desgastes o se le añaden soldaduras después de haber sido galvanizado, suele contaminarse y así comenzar a oxidarse.

La forma más rápida y sencilla para proteger esas áreas es por medio de una capa de pintura de zinc formulada a base de zinc metálico de alta pureza.

En este post de Carbone Store te contaremos en qué consiste el proceso que convierte a las superficies metálicas en más resistentes a la corrosión y más duraderas en el tiempo, y cuáles son sus ventajas.

 

¿Qué es el galvanizado?

El galvanizado es un proceso que consiste en recubrir el acero y el hierro por una capa de zinc que lo protege de la corrosión atmosférica.

El galvanizado permite combinar la resistencia, la conductividad eléctrica, la resistencia a la abrasión y la corrosión y el aspecto de determinados metales con distintos materiales que ofrecen sus propias ventajas, como metales o plásticos ligeros y/o asequibles.

 

¿Cómo se hace el proceso de galvanizado?

El proceso de galvanizado es una técnica que se usa para proteger el acero de la corrosión desde hace más de 250 años. La corrosión la causa una tendencia inherente de los metales cuando son sometidos al aire y a la humedad, que tienden a volver a su forma terrenal original, normalmente un estado de mineral. Lo hacen a través de una reacción química o electroquímica con el medioambiente.

A continuación te contamos cuáles son los principales tipos de procesos de galvanizado que son utilizados convencionalmente:

Galvanizado en caliente: Este tipo de galvanizado sumerge al acero en zinc a una temperatura aproximada de entre 435 a 450 Cº para que ambos metales se fundan y generen una excelente adherencia de recubrimiento. 

En el proceso se van creando varias capas de aleación hasta conseguir el espesor óptimo. Por su nivel de fusión ofrece una mayor dureza y resistencia ante los agentes externos, por lo cual se considera ideal para su uso a la intemperie. Este proceso es utilizado a nivel industrial.

Galvanizado en frío: En este caso el proceso consiste en aplicar recubrimientos con alto contenido de zinc, ya sea con brochas, pistolas o en aerosol. Generalmente, es el proceso que se emplea mayormente a nivel hogareño, dado que no requiere mayores complejidades.

Estos tipos de recubrimientos ricos en zinc son también conocidos cómo pinturas de protección catódica. Su función es detener la oxidación mediante un mecanismo de autosacrificio, previniendo la oxidación en zonas donde el recubrimiento anterior fue dañado.

Si la pintura de zinc está adecuadamente formulada, garantiza a superficies de acero expuestas a los medios corrosivos resistir a la corrosión, sin necesidad de agregar otro recubrimiento. Esto se debe a que se emplea polvo de zinc muy fino, dispersado en un agente ligante (principalmente un tipo de resina) completando una célula electroquímica cuando se aplica sobre el acero.

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Galvanizador

Galvanizado zincado o electrozincado: En este acabado se reviste de zinc el acero a través de la transferencia de iones metálicos. Se usa un equipo especial que permite el flujo de corriente continuo para generar la capa galvanizada. 

Este tipo de galvanizado ofrece una protección más baja que los anteriores, por lo que su utilización es más estético, siendo adecuado para interiores. 

¿Cómo aplicar este tipo de pintura?

Cuando, por ejemplo, cortamos o taladramos una pieza metálica ya tratada, es conveniente luego colocar un producto con alto contenido en zinc en las zonas manipuladas, para evitar que la superficie se oxide.

Encontrarás a la venta diferentes productos de galvanizado en frío, que podrás aplicar tanto con brocha como con rodillo. Asimismo, podrás decantarte por un modelo en aerosol. El cual te aconsejamos, ya que resulta un método más sencillo y accesible para todos los usuarios.

Primero se tiene que limpiar el área a proteger, puesto que las pinturas ricas en zinc deben estar en contacto directo e íntimo con el acero. Para ello, se recomienda aplicar un chorro abrasivo sobre el acero para asegurar que no queden residuos de pinturas existentes, óxido o escamas de laminación. De otra manera, estos actuarían como aislantes afectando negativamente la adherencia correcta de la pintura y su acción protectora.

Una vez que hayamos limpiado la superficie sobre la que vamos a trabajar, enseguida se debe aplicar la pintura galvanizadora en spray. 

Transcurrido el tiempo de secado que nos indica el fabricante, la pieza tratada quedará perfectamente protegida de la corrosión, por mucho tiempo. Este producto es perfecto también para proteger superficies metálicas sin ningún tratamiento antioxidante previo.


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